Aunque generalmente se relaciona con la infancia, el diagnóstico del autismo en adultos es algo que sucede con bastante frecuencia, ya que sus manifestaciones pueden llegar a ser muy heterogéneas.
¿Quieres saber más sobre el tema? Te contamos cuáles son los principales síntomas del trastorno del espectro autista (TEA), así como la importancia de un diagnóstico adecuado.
¿Se puede diagnosticar el autismo en adultos?
Sí. El autismo, al ser un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la comunicación, interacción social, comportamiento y aprendizaje de las personas, suele detectarse en la infancia. No obstante, debido a la variedad de sus manifestaciones, no es raro que pase desapercibido y se diagnostique en la edad adulta.
De hecho, esta diversidad ha llevado a reconocer que no hay un único tipo de autismo, razón por la cual se prefiere hablar de trastornos del espectro autista (TEA), que afectan al 1,1% de la población adulta en España.
Grados del autismo
En el proceso de diagnóstico del TEA se pueden distinguir 3 subtipos según su nivel de funcionalidad y son los siguientes:
- Trastorno autista de grado 1. Hace referencia a aquellos casos en los que se tiene una elevada funcionalidad. Anteriormente era conocido como síndrome de Asperger.
- Trastorno autista de grado 2 y 3. Se aplica a personas que necesitan niveles más altos de apoyo y asistencia externa para llevar a cabo sus quehaceres o actividades diarias.
Principales síntomas del autismo en adultos
Las personas adultas con TEA suelen presentar problemas en las interacciones sociales y la comunicación, así como conductas e intereses repetitivos o restrictivos. Aunque los síntomas pueden variar ampliamente, aquí te mostramos algunas de las señales más habituales.
Autismo en adultos: dificultades en la comunicación e interacción social
- Tendencia a tener un menor contacto visual o a mantenerlo de forma intermitente y poco constante.
- Parecer desconectado o desinteresado durante las conversaciones, dando la impresión de no estar prestando atención o escuchando a quienes hablan.
- No entender el punto de vista de los demás, así como sus emociones o intenciones. De hecho, es bastante habitual que no comprendan la ironía, las bromas o los dobles sentidos, lo que puede provocar malentendidos y confusiones.
- Tener problemas para iniciar y seguir las conversaciones o hacer amigos.
- Experimentar dificultades a la hora de compartir con otras personas sus propios intereses y emociones, así como objetos o actividades que les resultan agradables.
- Mostrar demasiado interés por ciertos temas, pudiendo hablar sobre ellos sin dejar espacio para que otros respondan o sin percatarse de su indiferencia.
- Complicaciones para ajustar su comportamiento a las diferentes situaciones sociales, falta de responsabilidad y dificultades para realizar tareas domésticas o mantener un trabajo estable.
- Presentar un tono de voz peculiar que puede ser monótono, similar al de un robot, o sonar como si estuvieran cantando.
- Mostrar expresiones faciales, movimientos y gestos que no están en sintonía con lo que están diciendo.
- No responder o tardar en hacerlo cuando se les llama por su nombre o se hacen otros intentos verbales para captar su atención.
Autismo en adultos: comportamientos repetitivos o restringidos
- Manifestar conductas reiteradas o exhibir comportamientos poco comunes, como la repetición de palabras o frases, fenómeno conocido como ecolalia.
- Demostrar un interés excesivo en ciertos temas (números, datos…), así como en elementos particulares (objetos en movimiento, partes de ciertos utensilios…).
- Experimentar hiperactividad o hipoactividad a estímulos sensoriales como el sonido, la luz, la temperatura o la textura de la ropa.
- Sentir incomodidad frente a pequeños cambios en la rutina.
¿Por qué es importante el diagnóstico del TEA en la etapa adulta?
Obtener un diagnóstico de autismo en la edad adulta puede suponer un gran alivio, ya que permite a la persona entender y dar sentido a diversas vivencias, tanto antiguas como actuales. No hay que olvidar que muchos adultos con TEA han recibido diagnósticos incorrectos en el pasado y han tenido que hacer frente a problemas en distintos aspectos de sus vidas, o han sentido que son diferentes desde siempre.
Precisamente por esto, les brinda la oportunidad de:
- Comprenderse mejor a sí mismos.
- Reconocer y entender las dificultades que enfrentan.
- Identificar sus fortalezas y debilidades.
- Establecer conexiones significativas con otras personas, compartir experiencias y sentirse parte de una comunidad más amplia.
- Obtener el apoyo y el tratamiento adecuado para su bienestar, así como recursos y ayudas especializadas.
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