Es posible que alguna vez hayas sufrido un dolor de origen incierto mientras estabas sometido a una situación de mucho estrés. Pudo ser un calambre, un dolor de cabeza, una contractura… Su origen podría estar en la somatización, un problema común que afecta al 5,5 % de la población mundial según datos del Ministerio de Sanidad, pero ¿qué es somatizar?
Si quieres saber qué es la somatización, cómo te puede afectar y que podrías hacer para evitarla, sigue leyendo, porque te damos todas las claves.
¿Qué es somatizar?
Somatizar significa transformar los trastornos psíquicos (ansiedad, depresión…) en síntomas o en dolencias físicas recurrentes. Encontrar el origen del problema resulta muy complicado para los pacientes, ya que no suelen relacionar el dolor físico con una dolencia emocional.
Así, llegan a acudir a diferentes médicos y especialistas buscando una respuesta en su cuerpo, aunque el problema y la solución vendrían del lado de las emociones. Pero cuidado, existe el error común de considerar que el dolor experimentado al somatizar puede ser una invención o algo leve, pero nada más lejos de la realidad, es tan real como el producido por cualquier golpe.
Síntomas de la somatización
La somatización puede acarrear múltiples síntomas, siendo los más comunes aquellos relacionados con los dolores o molestias físicas. Las dolencias que provoca llegan a afectar a diferentes partes y sistemas del cuerpo generando problemas complejos.
Algunos de los más frecuentes son los siguientes:
- Molestias gastrointestinales: dolor de estómago, náuseas, vómitos, diarrea, úlceras…
- Contracturas, dolores musculares o articulares: calambres intensos estando en reposo, hormigueo, pinchazos…
- Cansancio y/o fatiga: sensación de abatimiento, apatía…
- Problemas respiratorios: falta de aire, asma, dolor al respirar, sensación de ahogo…
- Patologías cardíacas:taquicardias, mareos, debilidad…
- Problemas neurológicos: dolor de cabeza, fasciculaciones, desmayos, afonía…
- Afecciones sexuales: ausencia de deseo sexual, disfunción eréctil, anorgasmia…
- Dolencias dermatológicas: urticarias, eccemas, sudoración excesiva…
Causas de la somatización
La somatización siempre va a aparecer ligada a algún trastorno mental como la ansiedad, la depresión o cualquier otro. Pero esto no quiere decir que todos los pacientes que estén pasando por alguno de estos problemas vayan a somatizar.
Entonces, ¿por qué afecta solo a algunos y a otros no? La respuesta más sencilla es que lo más importante no es que se padezca algún tipo de problema mental, sino en cómo se gestiona.
Aquellos a los que les cueste más expresar cómo se sienten tendrán dificultades para afrontarlo. De ese modo, el cuerpo empezará a provocar síntomas físicos como respuesta. Llegarán los dolores de cabeza, los musculares y demás como expresión del problema.
¿Cómo dejar de somatizar? Tratamiento y soluciones
Cuando se atraviesa por un problema como la ansiedad o la depresión y se llega hasta el punto de somatizar y de que aparezcan dolores y síntomas físicos, lo mejor es acudir a terapia psicológica para que un profesional pueda ayudarnos a reconducir la situación.
Además, hay una serie de técnicas y herramientas que pueden contribuir a la prevención y a mejorar nuestra salud emocional.
- Expresa tus emociones. Mantenernos en silencio, evitar constantemente el conflicto o no decir lo que sentimos por miedo a generar un problema, no suele traer nada bueno. Es importante aprender a expresar nuestras emociones y escapar de la autocensura y los bloqueos. Es mucho más fácil abordar una dificultad cuando nos permitimos hablar sobre ella.
- Pon en práctica hábitos saludables y trata de evitar los que son más perjudiciales. Si nos acostumbramos a cuidar nuestro cuerpo con una dieta equilibrada, algo de ejercicio físico y una buena rutina de descanso, le ayudaremos a generar una mayor cantidad de endorfinas que mejorarán nuestro estado de ánimo y, al mismo tiempo, mantendremos a raya los límites de cortisol y los niveles generales de estrés.
- Intenta cambiar de perspectiva. Es cierto que no es nada fácil modificar nuestra forma de pensar sobre los demás o sobre nosotros mismos, pero el esfuerzo merece la pena. Es importante dejar de dar vueltas a emociones negativas como el enfado o el resentimiento. Y también lo es acostumbrarnos a tratarnos mejor a nosotros mismos, dejar de culparnos por todo lo que nos pasa, cuidar nuestra autoestima y ser más comprensivos.
- Pide ayuda. Muchas veces nuestros problemas se sobredimensionan porque somos incapaces de pedir ayuda y queremos solucionarlos o afrontarlos solos. Además, nuestros bloqueos emocionales impiden hallar una respuesta y empezamos a somatizar. Por eso es conveniente requerir la presencia y el cariño de la gente más cercana y recordar que podemos acudir a profesionales capacitados.
Gabineti, terapia psicológica para tratar la somatización
Si crees que estás experimentando un episodio de somatización y quieres ponerle fin, en Gabineti te ofrecemos a todo un equipo de psicólogos que puede ayudarte. Gracias a nuestro sistema de consultas online podrás escoger el horario que más te convenga para realizar la terapia con el especialista que tú elijas.
Por supuesto, nuestro sistema es completamente confidencial y personalizado con un único objetivo: ayudarte a superar cualquier dificultad.