Existen en todo el mundo y en diferentes culturas corrientes de pensamiento, herramientas y filosofías de vida que pueden ayudarnos a comprendernos mejor y nos sirven para, en momentos puntuales, ser capaces de enfocar problemas para intentar ponerles solución. Ahí podemos encontrarnos con diferentes prácticas de meditación, el mindfulness, el yoga o también la filosofía hoponopono, escrita igualmente como ho’oponopono.
Pero ¿qué es el hoponopono? ¿De dónde viene y de qué forma puede ayudarnos a resolver ciertos problemas? Pues sigue leyendo porque en el artículo de hoy te contamos todo lo que necesitas saber.
Hoponopono: tradición y salud mental llegadas desde Hawái
El origen del hoponopono es difícil de establecer en una fecha concreta ya que se remonta a los primeros habitantes de diferentes islas polinesias, sobre todo de Hawái. Ahora bien, su práctica moderna o, más concretamente, su versión más actual, se debe a la sacerdotisa Nalamaku Simeona que recogió durante años toda la tradición, las enseñanzas y las técnicas ancestrales para adaptarlas a los ritmos y formas de vidas del siglo XX.
Aunque en su carácter más ancestral, el hoponopono se instruía siguiendo una jerarquía de sacerdotes y aprendices, y se utilizaba como un método de sanación hacia los demás, en la actualidad se considera como un arte de sanación de uno mismo que no requiere de figuras chamánicas, sino de todo un proceso de autoconocimiento.
La base principal y fundamental del hoponopono gira en torno a la idea de que nuestro malestar emocional e incluso físico están causados por nuestros errores al no conseguir gestionar nuestros conflictos y problemas. De ahí que, si somos capaces de enfrentarlos, de asumirlos y de perdonarnos a nosotros mismos, podamos avanzar y romper ciertas dinámicas.
¿Cómo podemos incorporar la filosofía hoponopono en nuestra vida diaria?
Hay dos pilares imprescindibles en la construcción del hoponopono como filosofía: el perdón y la responsabilidad emocional.
Por el lado del perdón se nos dice que debemos comprender que todo conflicto surge desde nuestro interior, ya que, aunque no podamos controlar todo lo que nos ocurre o nos llegue desde el exterior, sí que podemos llegar a manejar cómo nos afecta. Y es cuando no somos capaces de manejarlo cuando aparece el verdadero problema.
Esta parte del hoponopono conecta de forma directa con dos corrientes como son la de la psicología positiva o la de la inteligencia emocional y nos lleva a un planteamiento similar: no debemos enfocarnos en culpar a los demás de aquello que nos ocurre, nos quita la calma o nos molesta. Tenemos suficiente poder como para cambiar las cosas y, si no es así, podemos asumir, perdonar y continuar con nuestras vidas.
Desde el punto de vista de la responsabilidad emocional, la filosofía hoponopono nos plantea practicar de forma habitual la bondad, la generosidad y, sobre todo, la coherencia hacia nuestra ética y nuestras emociones. Si no nos gusta sentirnos de una determinada manera, tratemos de no despertar esas mismas sensaciones en los demás.
Asimismo, el hoponopono plantea una serie de pasos que podemos dar para llegar a estar mejor con nosotros mismos y con los demás:
- Toma de conciencia. Es importante mirarnos hacia dentro y escudriñar en nuestras emociones y nuestras actitudes para detectar todo aquello que nos hace sentirnos mal. Descubriendo lo negativo estaremos un paso más cerca de ser capaces de aislarlo y que deje de tener tanto impacto sobre nuestro bienestar.
- Responsabilizarnos por lo que hacemos. No basta reconocer nuestras actitudes negativas, hemos de hacernos responsables de ellas. Saber que nosotros mismos las generamos en muchas ocasiones y que tenemos el poder para dejar de hacerlo. Debemos asumir que hemos cometido errores. A veces hemos dicho o hecho algo que no deberíamos o también, al contrario, no hemos hecho o no hemos hablado cuando era el momento de hacerlo.
- Recordar el amor que sentimos hacia la persona a la que hemos dañado. Nuestras acciones nos han dañado a nosotros mismos, pero también a otros, así que es momento de recordar por qué sentimos ese amor hacia ella.
- Pedir perdón. Tanto si debemos pedírselo a una persona, a varias o a nosotros mismos. Pero no basta con pedirlo, hemos de intentar llegar a obtener el perdón del otro de forma sincera, es una manera de cerrar el círculo.
- La liberación. El último paso en la filosofía del hoponopono nos habla de la sanación del “aka”, el vínculo que se va construyendo y afianzando entre nosotros y todas las personas que van formando parte de nuestra vida. Al perdonarnos, nos sentimos libres, ya no nos aprisiona ese conflicto y conseguimos recuperar un bienestar emocional.
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